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“Hay tiempo suficiente al cabo del día para cualquier cosa, si haces una a la vez, pero no te alcanzará el resto del año si hicieras dos cosas al mismo tiempo.”
“La atención tranquila y clara hacia un objeto es una cualidad de un genio importante; como la prisa, los movimientos bruscos y la agitación son los síntomas de una mente débil y frívola.”
(Chesterfield)
Cuando se le preguntó a Isaac Newton sobre su talento natural, respondió que si hizo tantos descubrimientos se debió a que “era paciente cuando ponía atención”.
William James escribió extensamente sobre las variedades de atención humana. En “Los Principios de la Psicología” (1890) nombró como “oscuridad caótica sin forma” las mentes de las personas que eran incapaces de poner atención.
La capacidad multitarea se refiere a la supuesta capacidad de desarrollar simultánea y eficientemente varias actividades de cierta exigencia cognitiva. Es un mito surgido en la era industrial consistente en hacer creer a la gente estresada que la multitarea la hace más productiva, eficiente y eficaz. Pero la investigación al respecto indica que el hecho de que se sientan a gusto algunas personas haciéndolo así no implica que no haya un sobreesfuerzo y que la eficacia sería mayor con ambas tareas por separado.
La multitarea la podemos encontrar fácilmente en la vida cotidiana: un adolescente que mira la tele mientras hace los deberes y chatea por el whatsapp; una persona que plancha mientras escucha música y vigila al niño; o el empleado que lee el correo mientras habla por el móvil, y a la vez revisa la agenda.
Si echamos un vistazo a la investigación, ésta indica que los niños obtienen peores resultados en sus tareas si al mismo tiempo ven la televisión, y los empleados muestran una mayor productividad cuando no comprueban su correo electrónico con frecuencia.
Es cierto que existe mucha presión social hacia la multitarea, ya que se reciben estímulos constantemente. Por un lado, mensajes del móvil, de correo electrónico, las redes sociales y la web, que cada día nos ofrece más y mejores noticias y videos. Por otro, las miles de aplicaciones, la amplia oferta de ocio, pasatiempo y otras distracciones. Con tanto estímulo nuevo emergiendo, al cerebro le cuesta mucho más separar o filtrar lo que es importante, urgente o necesario o simplemente “ruido de fondo”.
En un estudio de la Universidad estatal de Ohio y publicada en la web de la APA (American Psychological Asociation) se analizaron las actividades de estudiantes universitarios durante un periodo de 28 días, y lo que encontró es que la capacidad multitarea suele dar a los estudiantes un “subidón” emocional, aún cuando entorpece sus funciones cognitivas, como por ejemplo la capacidad de aprendizaje que necesitan para estudiar.
Concluye que las personas con esta supuesta capacidad lo que hacen es sumar actividades de modo que aumenta el volumen de estímulos agradables que reciben. Al hacer esto están valorando incorrectamente las sensaciones positivas que obtienen cuando realizan varias actividades al mismo tiempo. No es que estén siendo más productivas, es que se están sintiendo más satisfechas con su trabajo y por eso las emociones que sienten son más positivas. Por lo tanto, no es cierto que mejore la calidad de lo que trabajamos.
En el caso típico de jóvenes que estudian mientras ven la televisión, y que se sienten más satisfechos que si se hubieran limitado a la lectura del libro cuya lección están estudiando, sienten satisfacción no porque su labor estudiando haya sido eficiente, sino porque al sumarle ver ese programa en la tele, esto ha hecho que el rato haya sido más agradable que si lo hubieran dedicado en exclusiva a estudiar.
La combinación de actividades es la causa del bienestar obtenido y de la sensación de haber aprovechado muy bien el tiempo. Esto ya lo sospechaba mucha gente, y el nuevo estudio lo corrobora científicamente.
Por otro lado, la multitarea sólo funciona si las tareas intervinientes tienen diferentes tipos de procesamiento cerebral y si una de ellas está automatizada. Por ejemplo, leer y escuchar música (sin letra) a la vez, porque utilizan áreas distintas del cerebro para su ejecución. En realidad son tareas en serie, no simultáneas, y lo que hacemos es que pasamos de una a otra en rápida sucesión. Cuando pasamos el enfoque de una tarea a otra, la transición no es ni rápida ni suave. Hay un lapso de tiempo durante el cual el cerebro tiene que acomodarse, y ésta es la razón de que perdamos eficiencia. El tiempo total que podemos estar invirtiendo (o perdiendo, según cómo se mire) en mantener esa atención es hasta el 40% del tiempo total que invertiríamos en una sola tarea compleja.
Otra fuente que habla de esto es un artículo publicado en “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS), que concluye que aquellos que se consideran a sí mismos buenos “ejecutores multitarea” son en realidad los peores, porque cometen más errores, recuerdan menos elementos y necesitan más tiempo para completar tareas.
Una investigación de la Universidad de Stanford dice que disminuye el rendimiento.
Otras fuentes apuntan que baja nuestra calidad y promueve cuadros de estrés, ansiedad, angustia y frustración.
Por tanto, la multitarea no es en absoluto deseable en nuestra vida diaria, a pesar de que las nuevas tecnologías y el trabajo nos inciten cada vez más a ella. Planificarse, establecer prioridades o desconectar el móvil, son medidas que nos pueden ayudar a combatirla.
También parece haber evidencias recientes de que nuestros cerebros podrían estar evolucionando,adaptándose a la abundancia informativa que vivimos. En un futuro no muy lejano podríamos incluso usar nuevos dispositivos o aplicaciones para que nos ayuden a concentrarnos en una sola tarea, que es justamente la capacidad que la tecnología nos ha quitado.